Murallas, puertas fortificadas, castillos, troneras... restos que forjan el carácter de nuestros tres Pueblos más Bonitos de Francia, construidos en un entorno de vegetación entre viñas y campos, como si estuviesen suspendidos en el tiempo.

Cruzaréis el puente levadizo de la sorprendente ciudadela fortificada del siglo XIII de Larressingle, continuaréis por Montréal-du Gers, la bastida más antigua del departamento y caminaréis hasta Fourcès, para pasear por la plaza rodeada de casas de madera y talleres de artistas.