• -17 millones de años
      Antes de los gascones
      El territorio gascón, bañado por el mar durante más de 120 millones de años, antes de que desapareciera a principios de la era terciaria (hace 24 millones de años), se vio modelado por los plegamientos pirenaicos, la erosión y los depósitos sedimentarios. En el Mioceno (hace entre 24 y 5 millones de años), una jungla de clima subtropical pone de manifiesto yacimientos paleontológicos de referencia como Montréal-du-Gers (hace 17 millones de años) o La Romieu (hace 13 millones de años), donde se descubren numerosos restos fósiles.
    • La prehistoria
      De 5 millones de años a 2000 a.C.
      La Gascuña de Gers fue ocupada por el Hombre desde la Prehistoria (La Romieu, 300 000 años antes de nuestra era). En Brette (cerca de Condom), los Homo Sapiens nómadas del Paleolítico superior (entre 38 000 y 10 000 a. C.) se instalaron durante breves paradas mientras seguían las migraciones de los grandes herbívoros salvajes. En el Neolítico (5000 años a.C.), las poblaciones se asentaron de forma permanente en la cuenca de Aquitania e inventaron la agricultura y domesticaron a los animales. ¡Entonces un nuevo mundo nació!
    • Celtas y galos
      De 2000 a.C a 100 a.C.
      Después de la Edad de Bronce, los pueblos celtas se instalaron en Gascuña durante el primer milenio a. C. y se mezclaron con los aquitanos ocupando la totalidad del territorio. Repartidos en una serie de tribus (Nitiobroges, Elusates, Lactorates…), sus descendientes galos fundaron villas y oppida (plazas fuertes situadas en altura, generalmente fortificadas), organizando el territorio alrededor de ejes que atraían las corrientes económicas y favorecían los intercambios y las zonas de asentamiento.
    • De Aquitania a la Novempopulania romana
      De 100 a.C a 476 d.C.
      Después de su conquista (56 a. C.), la romanización de Aquitania se apoya en el Garona y los antiguos ejes galos. Entonces se desarrolla la vía norte-sur de Ténarèze. Del siglo III al VII de nuestra era se crea la nueva provincia de Novempopulania («de los nueve pueblos»), con capital en Elusa, la antigua Eauze. Esta ciudad romana impera en un paisaje de grandes explotaciones agrícolas, presididas por una residencia rural: la villa de Séviac. Del siglo IV al VI, la región, entonces cristianizada, se ve severamente afectada por las invasiones llamadas «bárbaras» y sufre un importante repliegue económico.
    • Gascuña Medieval
      De 500 d.C a 1453 d.C.
      A finales del siglo VII los vascones toman posesión de las tierras del sur del Garona dando su nombre a Gascuña (Vasconia) que entra bajo la égida de los duques de Aquitania (siglo VIII) y luego de los Condes de Fezensac (siglos IX-X). Del siglo XI al XIII, la parcelación feudal trae aparejada la independencia de los señoríos locales frente a Aquitania o al rey de Francia. Gascuña se llena entonces de castillos y de nuevos establecimientos (sauvetés, castelnaus y bastidas, como Larressingle, Montréal-du-Gers, Valence-sur-Baïse y Fourcès) y goza del gran impulso religioso de aquella época (Abadía de Flaran, La Romieu, Puente de Artigues y peregrinación a Santiago).
    • Época Moderna
      De 1453 a 1789
      Gascuña, integrada en el ducado de Aquitania, no escapa a los conflictos entre las realezas francesa e inglesa, ni a la lucha entre los habitantes de Armagnac y Bourguignon… como tampoco a las pestes endémicas. En el Renacimiento, con la penetración de las tesis reformistas, vuelve a convertirse en un campo de batalla antes de su integración en el dominio real bajo el reinado de Enrique IV (1607). La ciudad episcopal de Condom conserva los estigmas. Mientras sus cadetes se cubren de gloria gracias al famoso D’Artagnan y sus compañeros, la Gascuña de los siglos XVII y XVIII se administra, mal que bien, como las otras généralités reales.
    • Una sociedad rural
      De 1789 hasta nuestros días
      Creada en 1790, el departamento «de Armagnac o de Gers» se adentra en los tormentos revolucionarios y luego en el Imperio. Fieles a sus antepasados, los habitantes de Gers destacan tanto en tierra como en mar, especialmente el Mariscal Lannes (foto). El Segundo Imperio trae consigo un nuevo auge económico, marcado por la llegada del ferrocarril y el apogeo del viñedo de Gers (1870). La reanudación del éxodo rural y la crisis de la filoxera (1878) ponen término a esta edad de oro de la campiña de Gers.
    • De un conflicto a otro
      De 1789 hasta nuestros días
      Pese a los beneficios de la agricultura tradicional y al sello que ostenta su «aguardiente» (Museo del Armagnac), Gers, como todas las provincias rurales, paga un alto tributo en el primer conflicto mundial. La despoblación se acentúa y la región se convierte en una tierra de inmigración (10 % en 1936). Durante la guerra de 1939-1945, tras la ocupación de la zona sur, sus paisajes y su posición «entre dos mares» se prestan a la implantación de focos de resistencia (Castelnau-sur-l'Auvignon, Meilhan…).
    • El ingreso en la modernidad
      De 1789 hasta nuestros días
      En un departamento protegido, con un notable patrimonio material e inmaterial, Ténarèze concentra múltiples atractivos: el camino de Santiago; un grato recorrido a orillas del Baïse; paisajes para descubrir, una gastronomía y un Armagnac para saborear; fiestas y festivales lúdicos; el patrimonio arquitectónico y museográfico; la abadía cisterciense de Flaran… Todas las condiciones están reunidas para conjugar, del plural al singular, los gustos y expectativas…